A Curota, gran lugar al que volver nunca me cuesta y siempre cambia el color de sus paisajes según la temporada que nos acompañe. Boiro, A Pobra do Caramiñal y Riveira, pueblos marineros a nuestros pies y una gastronomia demasiado tentadora como para no quedarse a hacer una comida en estos lares. ( Abril 2015 )
Sólo encima de una motocicleta seremos capaces de sentir la libertad a cada kilometro recorrido. Sentiremos el aire en nuestra cara, metindose por los pocos agujeros que nos descubren. El calor en nuestra piel, haciendo que sudemos de gusto mientras devoramos kilometros de carretera. Nos mojaremos con la lluvia, da igual el GoreTex...la sensación de llegar a tu destino aunque sea calado como un pollo es indescriptible..otra anecdota más de otro viaje que contar. Sentiremos los ruidos de los coches..camiones..sus malos humos y los de sus conductores respetando muy poco o nada a esos motoristas que nunca se sabe porque ya sea con buen o mal tiempo van con su sonrisa encima de la moto. Los moteros buscamos libertad...y nuestras motos nos la dan. Hasta que no tengas tu moto jamás lo sabrás.
Hay dias en los que el cuerpo te pide silencio y tranquilidad, dias en los que solo necesito oir el sonido del mundo y el de mi moto para darme cuenta de lo poco que se necesita para ser felíz. La sensación de andar en moto uno de estos dias es única, nada ni nadie altera el resultado de la jornada, simplemente espectacular.
