A Curota, gran lugar al que volver nunca me cuesta y siempre cambia el color de sus paisajes según la temporada que nos acompañe. Boiro, A Pobra do Caramiñal y Riveira, pueblos marineros a nuestros pies y una gastronomia demasiado tentadora como para no quedarse a hacer una comida en estos lares. ( Abril 2015 )